El incio de la campaña con precios reducidos para las sesiones de los miércoles ya se dejó notar en la taquilla la pasada semana | Javier Coll

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2013 no fue un buen año para las salas de cine en Menorca. El pasado año se cerró con una notable pérdida de espectadores en todo el país, del 15 por ciento aproximadamente, pero la caída fue superior en la Isla. Ligeramente por encima de ese porcentaje, un 16,2 por ciento, fue el descenso en las salas Ocimax de Maó, según informa el responsable de la empresa exhibidora, Joan Salas. En Ciutadella, en cambio, los titulares de las explotación de las dos salas del Canal Salat, Jaume Mayans y Andreu Torres, señalan que el desplome ha sido muy superior, ni más ni menos que del 24 por ciento.

No obstante, en ambos casos, coinciden en afirmar que el principal problema para el negocio ha sido el mismo, la falta de estrenos cinematográficos potentes, «esos que llevan a las salas a personas que habitualmente no van al cine», explica Andreu Torres. Y es que en ese sentido, 2012 fue una campaña fantástica, con dos películas taquilleras que marcaron la diferencia: la producción española «Lo imposible», y el film francés «Intocable».

Apunta Salas que por suerte el pasado diciembre y el arranque de enero han sido buenos meses, pero no lo suficiente como para arreglar las cifras de todo el año, gracias, principalmente, a dos títulos con tirón: la segunda entrega de «El Hobbit» y la adaptación cinematográfica del bestseller de Noah Gordon, «El Médico».

El sector no vive un buen momento, y el incremento del porcentaje hasta el 21 por ciento del IVA no ha ayudado en absoluto. Aunque tal y como explica Mayans, el impuesto es algo que se refleja más a nivel interno de los negocios y no en el volumen de espectadores. «Nosotros hemos apostado por que la subida repercutiera lo mínimo en el precio final de la entrada», apunta.


Adiós al «efecto novedad»

Pero en el caso de Ciutadella, donde el bajón se sitúa casi diez puntos por encima de la media nacional, ha habido un tercer factor a tener en cuenta. Explican sus responsables que el anterior año, cuando entraron en funcionamiento, las cifras estuvieron marcadas por «el efecto novedad». Por otra parte, recuerdan que las salas pequeñas como las que explotan siempre tienen muchos más problemas para negociar la adquisición de los estrenos con las distribuidoras.