Anna Wardley, instantes antes de lanzarse al mar

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Final doloroso al sueño de la nadadora británica, Anna Wardley, de unir las islas de Menorca y Mallorca a nado y sin traje de neopreno.

Eran las 03:45 de la madrugada de este jueves cuando la aventurera se ha visto obligada a tener que subirse a la embarcación auxiliar de ayuda aquejada de fuertes dolores, al meterse de lleno en un impresionante banco de medusas que le han provocado innumerables picaduras.

Un contratiempo que ha precipitado el adiós inesperado al reto de su primera etapa del ambicioso proyecto 'Challenge Swim Baleares', que debía completarse luego uniendo la isla mayor con Eivissa. Y posteriormente, esta Isla con Dénia (Comunitat Valenciana).

Wardley, después de nadar a buen ritmo 11horas y 20 minutos y unos 25 kilómetros -con el agua a una temperatura 18-19 grados -abandonaba el objetivo de los casi 40 kilómetros y era evacuada por la embarcación de Salvamento Marítimo hasta el puerto de Ciutadella, donde una ambulancia del 061 la ha trasladado hasta el Centro de Salud Canal Salat de poniente.

Ello, tras haber sufrido mucho al salir del agua para serle extraídos los restos de las medusas 'Pelagias Noctilucas', que salen a flote siempre por la noche y que este año se encuentra en diferentes bancos a lo largo del archipiélago balear. Un contratiempo del que días atrás la veterana nadadora menorquina, Tita Llorens, ya la había advertido e informado, consciente que en 2016 hay muchas medusas.

Anna Wardley, tras pasar unas horas en observación en el centro hospitalario de Ciutadella, tenía previsto regresar a Mallorca, vía marítima.