El pasado sábado, frente al Ejea, el futbolista menorquín Pedro Capó alcanzaba los 300 partidos en la Segunda División B. Una celebración agridulce porque el histórico Sabadell, el cuadro en el que milita, perdía por 2-1 para cerrar 2018 en la octava plaza del Grupo III. Registros impresionantes aderezados con 18 goles para un jugador que ha sido un fijo en el once titular allí por donde ha pasado. Para el mahonés que hace poco más de dos semanas cumplía 28 años, el cuadro arlequinado que dirige un ‘viejo’ conocido como Toni Seligrat, es el octavo en su dilatada carrera como profesional del balompié.
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Un especialista en descensos