El rebote y el acierto de Muñoz, Piedra y Dani García, definitivos | Gemma Andreu

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El Made in Menorca sumó la cuarta victoria del curso (72-68) tras cuarenta minutos de intensidad, alternativas, tensión y el aprovechamiento local, finalmente, de los recursos clásicos, acierto mediante, en las figuras de Sergio Muñoz, Ángel Piedra y Dani García, que ejecutaron -bajo la batuta de Pitu Jiménez- a un Sant Nicolau que se plantó en el último cuarto (55-58) con un excelente 60% de puntería en tiros de dos y un amenazador acierto desde la línea de tres (9/16) que les mantuvo vivos.

El equipo de Joan Martínez Escala dominó sobradamente el rebote (38 por 19) y fue clave la negación de segundas opciones de tiro al quinteto catalán, que apenas dispuso de dos. Por contra, erró en exceso lanzamientos de alto porcentaje bajo el aro rival, no inquietó desde el perímetro y se le atragantó la defensa zonal propuesta por el técnico Santi Suso.

Al final, la más extensa rotación local les permitió llegar con el oxígeno justo para dar un golpe de autoridad en los últimos cinco minutos. Del 61-64, a 5:34, al 72-65, a 1:19, con cinco puntos del capitán Sergio Muñoz, un triple letal de Ángel Piedra y un 2+1 con el sello inverosímil de Dani García.

El Made in Menorca salió adecuado y dominador. El equipo ejecutaba un juego ágil y generador de opciones cómodas para todos. Pitu anotaba 12 puntos en el primer cuarto, Acosta jugaba sus ventajas convencido y el resto acompañaban (10-2, 21-14). Pero el Sant Nicolau sacó a pasear su golpe de muñeca exterior y frenó una tendencia al alza, que superado el ecuador del segundo acto amenazaba con romper la cita (37-26, contra de Franco). 40-36 al descanso.

La activación grana de la defensa zonal, que alternó con la asignación, interrumpió el camino hacia el triunfo local. El partido se enmarañó en perjuicio del Made in Menorca. Parcial de 2-10 tras cinco puntos de Sobrepera y primera ventaja vallesana (42-43). El juego carecía de fluidez y cada canasta insular, la mayoría a un palmo del tablero, requería un sobresfuerzo. (55-58, tercer acto).

La última entrada en escena de Pitu y Piedra fue definitiva, aunque la resistencia visitante se mantuvo hasta casi el final. El parcial de 11-1 desde una gestión más ponderada de cada posesión y el desacierto en los últimos siete triples del Sant Nicolau hicieron el resto.