El ala-pívot Ángel Piedra será la referencia de un CD Alcázar que intentará revalidar su título copero - Archivo

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El baloncesto insular masculino inaugura mañana su calendario oficial con el arranque de la Copa de Menorca, integrada por siete equipos, a disputar a vuelta única y manteniéndose el formato de F4 en pista del vencedor de la Regular para definir campeón.

La cita, a concluir en los prolegómenos de las venideras fiestas de Navidad (22-D), la asumen sus más potentes participantes como una suerte de preparación para alcanzar el primer tramo de 2014 en el mejor estado posible. No en vano será cuando Alcázar, La Salle, Sant Lluís y Ferreries aborden la disputa, de no surgir imprevistos, de la reimplantada Primera Balear.

Por segundo año consecutivo el basket menorquín adolece de exponente alguna en competición de rango estatal.

Lo que en 1982 y 85 resultaron puntuales excepciones entre cuatro decenios de constante presencia (1972-2012), va camino de convertirse en tendencia. A la vez que tres jugadores locales como Llull, Sans y Suárez despliegan virtudes y talento en la ACB (hace no tanto considerado un hábitat casi propio en la 'Roqueta'), el aficionado local deberá ceñir de nuevo su interés a los márgenes insulares en lo concerniente a torneos por equipos.

El retorno de La Salle Mahón, estandarte máximo de la referida y exuberante etapa pasada, es la novedad más significativa para el curso que ahora empieza. El que fuera embrión del finado Menorca Bàsquet ha confeccionado una plantilla de lo más llamativa, promoviendo, dada la ausencia de recursos en el mercado, los regresos a la actividad de Tisi Reynés, Antón Soler, Fran Sabaté (los tres con bagaje en la primera liga), Paco Barber, Gerard Fanals, Fonso Toral...

Por nombres está llamado a gobernar la competición, aunque la respuesta física que ofrezcan varios de sus elementos es una incógnita que vincula directamente con los vaticinios y que solo el transcurso de la temporada despejará.

El Sant Lluís, pese a la reciente pérdida de Jan Orfila se adivina su gran adversario. Dani García y Jorge Jiménez se evalúan refuerzos de lujo para un bloque compacto que reinó en el pasado Campeonato de Balears y que no impone límites a su ambición.

Una prominencia similar desprende el Alcázar, expectante aún de si Andreu Matalí opta por federarse. De incorporar finalmente a su proyecto al versátil ala-pívot catalán (de momento se ejercita con los rojos, quiénes confían plenamente en su concurso) su potencial se incrementará varios enteros. Igualmente su abanico de aspiraciones.

El experimentado y siempre fiable Ángel Piedra en la zona, al que complementan un interesante ramillete de jóvenes, son sus poderes. Sin obviar que es el vigente campeón de la competición copera.

El Ferreries por su parte apuesta por la continuidad, conservando un bloque de jugadores locales que le permitió alcanzar la final un año atrás y en cuyo banquillo estrena a Toni Pons de Coca, miembro del cuerpo técnico del Menorca Bàsquet que ascendió a ACB poco antes de desaparecer en 2012.

Los cuatro equipos citados actuarán como inscritos en Primera Balear y ningún supuesto contempla que alguno de ellos se ausente de la F4 por el título. Igualmente subrayar que todos coinciden en el discurso de tildar esta Copa como una «especie de pretemporada con la mente puesta en la liga balear».

Completan el torneo Sant Lluís B, Jovent y Es Castell, todos ellos alineados en Segunda Autonómica. Ninguno augura capacidad para sorprender a los favoritos, en tanto que 'su' competición se limitará a batallar por la quinta plaza y a tratar de 'robar' algún triunfo al póker de poderosos. Y si la recuperación de La Salle destaca como la nueva positiva para el curso que en breve inicia, la renuncia de Boscos y CB Ciutadella a activar conjunto senior revierte motivo opuesto.

La ciudad de Ponent, referencia imburlable en la historia de nuestro basket no contará con representación en 13/14, otro botón de muestra del arrasado estado en que reside el contexto menorquín. De momento y contra ello, llega esta Copa que no deja de ser, según aluden muchos de sus protagonistas, una pretemporada camuflada.