Imagen de archivo del pasado mes de diciembre en una de las últimas comparecencias públicas del presidente Lorenzo Córdoba. | Moisés Copa

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A la espera de que Sa Unió formalice la expulsión de Llorenç Córdoba de la coalición, el aún presidente del Consell de Formentera ha asegurado este martes que no entra en sus planes dimitir, tal y como le exigen sus consellers. Entrevistado en Ràdio Illa, la radio pública de la isla, Córdoba ha asegurado que ha de ser Sa Unió la que explique a los ciudadanos por qué le exige dejar sus cargos y se ha defendido afirmando que ni siquiera la oposición le he pedido dimitir. «Si no lo pide la oposición», ha comentado con cierta sorna, «sería la dimisión más absurda de esta democracia».

Córdoba ha subrayado que, además, si atendiera a la petición de Sa Unió «la gente» no se lo «perdonaría». «Aparte de los ocho consellers de Sa Unió», ha añadido obviando que se trata de todo su equipo de Gobierno, «nadie más pide mi dimisión». El todavía presidente, además, ha admitido que la situación es «bastante complicada» y que no mantiene comunicación con parte de su equipo de Gobierno. Ha lamentado, además, que los ocho consellers de Sa Unió celebraran días atrás una cena de Navidad a la que no fue invitado.

En la misma entrevista, Llorenç Córdoba ha insistido en que no ha pedido sobresueldos ni al Govern ni al Consell. En este sentido, ha vuelto a explicar que su petición ha sido la de recibir un dinero extra para afrontar los gastos que conlleva su labor como diputado autonómico y dada la petición de los partidos de Sa Unió, PP y Compromís, de quedarse con los 2.700 euros mensuales que el Parlament paga a Córdoba para funcionamiento como grupo parlamentario. Dinero que, por otro lado, Sa Unió ya denunció que no ha recibido desde que Córdoba comenzó su labor parlamentaria.

El presidente insular ha asegurado también que no cobra «ni 90.000 euros ni 120.000 euros». Sin embargo, a la hora de explicar sus emolumentos ha obviado el dinero que recibe en calidad de vocal de la Autoridad Portuaria de Baleares, unos 900 euros brutos al mes por asistir a una reunión mensual del consejo de administración de este organismo público. Así, Córdoba se ha limitado a señalar que cobra 54.000 euros brutos como presidente del Consell y 23.000 euros brutos más como dietas globalizadas en calidad de diputado autonómico.

«Si tienen pruebas, que vayan al juzgado o a donde toque», ha asegurado a la hora de referirse a los sobresueldos que habría exigido al Govern. «Se ha manipulado mucho y se ha atacado personalmente a una persona», ha añadido, «que Sa Unió explique esta falta de confianza».

Sobre su petición de dimisión dirigida hacia los consellers del PP José Manuel Alcaraz y Verónica Castelló, Llorenç Córdoba, finalmente, ha señalado que ya no piensa que deban abandonar el Consell. En este sentido, ha explicado que está dispuesto a «dejar de tensar la cuerda» por el bien del equipo de Gobierno y de la institución insular. «Esto es un problema interno que afecta al funcionamiento del Consell y esto no lo puedo tolerar como presidente», ha asegurado, «la oposición no ha pedido mi dimisión. Y como está así, hay que destensar la cuerda. Si la gente ha escogido una lista, intentaremos trabajar lo que ha pedido la gente (…) Si para relajar y mejorar, yo tengo que tirar atrás, lo hago. Vamos a intentar arreglarlo».