José Ramón Bauzá posa en un banco del Born el pasado viernes. | M. À. Cañellas

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El senador y expresidente del Govern José Ramón Bauzá (Madrid, 1970) concede la primera entrevista tras el 24-M donde explica los motivos de la debacle electoral, su marcha a Madrid, y la convulsa situación de su partido. El encuentro, celebrado el pasado viernes, se celebró en una de las polémicas terrazas del Born, por expreso deseo del Bauzá y como muestra de apoyo al comercio de la zona.

¿Siente que ha defraudado a mucha gente al irse a Madrid de senador?
— Siempre he dicho que trabajaría por los intereses de los ciudadanos de Balears.

Pero dijo que no se iría a Madrid.
— Sí, pero porque pensaba que los resultados no iban a ser los que fueron.

¿En qué ha quedado su discurso de que no era un profesional de la política?
— No ha cambiado en nada porque seguiré realizando mi actividad profesional, compaginada con la de senador.

¿Necesita de la política para seguir manteniendo su nivel de vida?
— Ni lo más mínimo. Las retribuciones tanto como presidente como por senador son inferiores a las que recibiría si me dedicara a la farmacia a tiempo completo. Además, tengo las mismas propiedades que antes de acceder a la Presidencia del Govern.

¿Por qué el PP bajó de 35 diputados a 20 el 24 de mayo?
— Hubo una dinámica nacional negativa y cosechamos unos resultados parecidos a los del PP en otras comunidades. Hay que mejorar y recuperar la confianza de los miles de personas que decidieron quedarse en sus casas.

Tras las elecciones daba la impresión de que ni querían que se quedara ni que se fuera.
— Estos fueron los comentarios de una minoría. Yo dije que si mis compañeros consideraban que era la persona adecuada me iría a Madrid, per si había otra, la hubiera apoyado sin ninguna duda.

¿Su ofrecimiento de pacto al PSOE era porque preveía el desastre?
— Todas las decisiones que tomo las baso en el interés general. Y sigo pensando que el pacto es necesario en estos momentos.

¿Hubo candidatos del PP que se escudaron en usted para disimular su propia derrota?
— (Se queda pensativo y con una media sonrisa elocuente). Yo hice autocrítica y hay que ver si todo el mundo la ha hecho.

¿Qué rectificaría de su acción de gobierno?
— Tomaría las mismas decisiones porque muchas de ellas eran con un límite ni de 24 horas. Ahora ya nadie se acuerda de cómo nos encontramos la Comunidad y que el primer día que entré en el Parlament me esperaban todas las asociaciones de discapacitados para que les pagara las deudas del anterior Govern. Ahora estamos en el país de Alicia de las Maravillas y cuando llegué era un cuento de terror y quien hizo posible este cambio fue el gobierno del Partido Popular.

¿Algunas acciones de su gobierno no han evidenciado un desconocimiento de cómo es la sociedad balear?
— Nuestro objetivo era salir de la crisis, reactivar la economía y generar empleo. Y los cumplimos. Nuestro objetivo no era ganar las elecciones. Somos la comunidad que más crece de Europa y la que menos paro tiene de España.

¿Se ha sentido maltratado o incomprendido por la prensa?
— (Silencio). En esta legislatura la relación con los medios de comunicación ha sido muy complicada, y es cierto que sí me he sentido maltratado. Piense usted que nada más empezar nuestro mandato eliminamos las subvenciones a los medios, y que el gasto en publicidad se recortó en muchísimos millones de euros. En una crisis como la que hemos gestionado hay que elegir y nuestras prioridades han sido: servicios sociales, educación y sanidad. Creo que estos son factores que en algunos casos han influido negativamente a la hora de trasladar a la opinión pública la acción del Govern.

¿Está más tranquilo sabiendo que como senador el caso de su farmacia se trasladaría al Supremo si es imputado?
— He perdido la cuenta del número de querellas que me han puesto en esta legislatura y las he ganado todas, incluso una de insultos en el Supremo cuyo montante, como dije, irá destinado a una asociación benéfica. Siempre he actuado conforme a la ley y sobre esta última demanda de un farmacéutico esa ley está aprobada sobre la base de informes técnicos y jurídicos.
¿Quiso retirar a José María Rodríguez pero al no poder no tuvo más remedio que aliarse con él?
— No, él fue delegado del Gobierno y tuvo que dejar el cargo por una imputación. Se presentó a las elecciones de la junta territorial de Palma y ganó con la fórmula de un afiliado, un voto, que instauré yo y que es una de las cosas de las que me siento más orgulloso.

¿Cómo se entiende que una persona imputada no pueda ocupar un cargo público pero sí estar en un partido político?
— Los estatutos del partido lo permiten pero esas son las cosas en las que debemos trabajar para acercarnos más a los ciudadanos.

¿Se ha sentido traicionado por alguien de su partido?
— Siempre hay que pensar en positivo y tener claro que los intereses generales deben estar por encima de los personales pero no le voy a negar que he tenido decepciones personales.

¿Y dentro de su Govern?
— Decepciones de personas, no distingo entre si son del partido o del Govern.

Dentro del congreso, ¿cuál será su papel?
— Será absolutamente el de un militante de base.

¿Eso hay que creérselo?
— Absolutamente. Soy un firme defensor del partido y daré mi opinión como cualquier otro afiliado.

Sin embargo, ha dado la sensación en este tiempo que no hacía caso del partido y sólo se fiaba de un reducido grupo de personas.
— Eso lo dice quien no conoce el partido porque he visitado todas las juntas y repetidas veces.

¿Cómo recuerda los insultos de algunos cuando iba a algunos pueblos?
— Era una reacción de la intolerancia ante la libertad que nosotros nos comprometimos a aplicar. E intolerancia ante el compromiso de que el catalán dejara de ser un requisito para acceder a la Administración e implantar el trilingüismo.

¿Qué espera de este Govern?
— Los buenos titulares que está generando en la prensa el Gobierno del Pacto nunca se podrán comparar con la buena gestión que hizo el Govern del Partido Popular.