Agentes de la Policía Científica de la Guardia Civil, examinando la escena del crimen y tomando muestras para analizarlas. | Vasil Vasilev

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La fallecida, Rosa María Martínez, de 45 años, era trabajadora de los servicios sociales de los municipios de Deià y Fornalutx.

Ayer por la mañana llamó a sus compañeros y les avisó de que no podía ir a trabajar porque la había llamado su exmarido y le había dicho que tenía que solucionar unos problemas. No se supo más de ella hasta que, sobre las 16 horas, saltó la noticia del hallazgo de su cadáver.

La víctima del crimen tenía dos hijas menores, de 12 y 8 años, dos hermanos y una hermana.

Encargado

El agresor, Jaume Mayol, de 48 años de edad, trabajaba como encargado de la finca de Can Prohom, lugar donde se produjo el crimen, y se pasaba prácticamente todo el día allí dentro. Jaume había sido uno de los jardineros de los Jardins Botànics de Sóller.

Al parecer, Jaume Mayol había intentado suicidarse hace dos días, motivo por el cual había estado ingresado en el Hospital Son Espases, según información facilitada por fuentes de la Guardia Civil. El domingo recibió el alta.

Los vecinos de la localidad recuerdan al homicida como una persona muy reservada, celosa y «muy rara», apuntaban quienes le conocían.

Por otra parte, Magdalena López Vallespir, alcaldesa del municipio de Deià y amiga de la víctima, afirmó: «Estamos consternados. Teníamos constancia de que desde que se separó la pareja él la estaba como presionando un poco para que volviesen. Rosa María trabajaba en los servicios sociales. Dos días iba a Fornalutx y tres días se quedaba en Deià. Era una mujer muy trabajadora y buena persona», concluye la primera edil, visiblemente afectada.

Muy triste

Por su parte el alcalde del municipio de Fornalutx, Joan Albertí, también se mostró muy triste por los hechos y explicó que la víctima se había puesto en contacto esa misma mañana con personal del Ayuntamiento para comunicarles que tenía que ir a ver a su exmarido para solucionar unos problemas que tenía.

En el momento de producirse el crimen, las dos hijas de la pareja se encontraban fuera del domicilio donde se produjeron los hechos.

Desde que se separaron, hace aproximadamente un mes, las menores vivían con su madre en casa de una prima en el Port de Sóller.

La finca de Can Prohom es una propiedad catalogada y muy conocida en el municipio de Sóller. La familia de Jaume Mayol hace décadas que estaba al cargo de la finca, pero cuando se hicieron mayores dejaron dicha responsabidad a su hijo Jaume.

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