El líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante su primer gran discursoeste miércoles en el Congreso de los Diputados. | Zipi

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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha arrancando su discurso en el debate de investidura en el Congreso, arremetiendo a izquierda y derecha con gruesos calificativos a sus oponentes empezando por Mariano Rajoy, siguiendo con Pedro Sánchez y acabando con Albert Rivera.

Dirigiéndose a Rajoy, Iglesias ha afirmado que el PP «es el partido que ha hecho de la corrupción y la injusticia una forma de Gobierno» y ha recordado que esta formación política fue fundada «por siete ministros de la dictadura».

«Algunos de ustedes son hijos políticos del totalitarismo», ha denunciado.

A su juicio, en el PP han sido «arrogantes con los débiles y serviles con los poderosos» y son los principales responsables de que la corrupción y la injusticia se haya convertido «en la mayor vergüenza de España».

«Son ustedes los convidados de piedra en esta investidura», ha asegurado a Mariano Rajoy el líder de la formación morada.

Ha continuado el líder de Podemos contra el pasado del PSOE, y ha aconsejado a Pedro Sánchez que «desconfíe de los consejos de aquellos que tienen manchado su pasado de cal viva». Una dura acusación de Iglesias, que ha aludido así a uno de los episodios más negros de los GAL.

El dirigente de Podemos ha pedido al PSOE que defienda un empleo de calidad y no la «precariedad» con unas medidas laborales que mantienen las mismas indemnizaciones que las que contempla la reforma laboral de 2012, aprobada por el PP.

Además, Iglesias, ha aconsejado al secretario general del PSOE que «la próxima vez mande a un socialista para hablar de economía» cuando conforme su programa económico.

En este sentido, le ha recriminado que los dos economistas que han negociado el acuerdo del PSOE con Ciudadanos provengan de PwC, «una firma especializada en asesorar privatizaciones» y de Liberbank y la Fundación FAES.

«La próxima vez mande a un socialista a hablar de economía», le ha pedido, para que entre sus medidas no mantenga, por ejemplo, una senda «suicida» en el proceso de consolidación fiscal para el cumplimiento del déficit público.

Le ha recordado que en el tema de las pensiones, muchas familias «estiran» su paga para ayudar a sus familiares, y le ha pedido que no tenga un «conformismo liberal», que nada tiene que ver con el liberalismo revolucionario.

Ha vuelto a pedir a Sánchez medidas como la dación en pago retroactiva, los alquileres sociales para los desahuciados y el fin de la acaparación de viviendas sociales, así como el derecho a la luz y al agua.

En materia laboral, el dirigente de la formación morada ha criticado que el acuerdo PSOE-Ciudadanos no especifique cómo se financiará el denominado Fondo Austríaco en favor del trabajador, y ha dicho que su propuesta mantiene ampliar las causas del despido objetivo y la supremacía del empresario al facilitar el descuelgue de los convenios.

También, la eliminación del control de las horas extras en los contratos a tiempo parcial, y hace que el contrato temporal que propugna no necesite «motivación alguna y de carta de naturaleza al fraude y a la precariedad».

«No se extrañe que cualquier día los trabajadores le pidan que entreguen la S y la O del PSOE», le ha recriminado.

Ha acabado la diatriba de Iglesias con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a quien ha acusado de representar «la peor de las tradiciones políticas españolas», aquella cuyo único objetivo es «la cercanía al poder» y podía haber sido perfectamente -ha recalcado- «el jefe de escuadra» después de la Guerra Civil.

Pese a estos duros calificativos contra Rivera y su partido -le ha denominado en varias ocasiones «la naranja mecánica"-, Iglesias ha reconocido que el líder de Ciudadanos es un político «hábil» y ha llegado a decir que le admira por ello.