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Una mujer tiró ayer por la ventana después de que su expareja le golpeara y le apuntara con una pistola, llegando incluso a disparar sin éxito en dos ocasiones.

Los hechos tuvieron lugar a las 14.50 horas en el primer piso del número 15 de la calle Antonia Calas, en el madrileño barrio de Vallecas. El agresor, de 65 años, entró con unas llaves en casa de su víctima, una mujer rumana de 25 años, con la que había mantenido una relación durante años pero de la que se había separado hace cinco meses.

Una vez dentro, y estando presente una amiga, comenzaron adiscutir y el hombre pegó dos bofetones a la chica, sacó una pistolade su ropa, cargó el arma, le apuntó con ella en el cuello y ledisparó en dos ocasiones. Afortunadamente, no le hirió, ya que se le atascó el casquillo.

En ese momento, la víctima, Mónica Claudia V., se tiró por la ventana del piso y cayó sobre un toldo. Fue atendida en la calle por una UVI del Samur-Protección Civil, cuyos sanitarios la trataron de heridas muy leves y le dieron de alta en el lugar.

Ante los gritos de la amiga de la agredida, los viandantes requirieron la presencia de la Policía Municipal. Los agentessubieron al inmueble pero el presunto maltratador no abrió hasta cinco minutos después, tiempo que aprovechó para esconder la pistola y amenazar a la amiga con matarla si les contaba algo.

Sin embargo, estos policías, a los que se unieron otras unidades,lograron encontrar el arma con al que había amenazado a las jóvenes escondida en el tejado de un patio interior. Estaba montada, con elseguro quitado y encasquillado. Se trata de una pistola de calibre7,65mm, su cargador tenía seis cartuchos y cerca una caja con 23 más,han señalado las mismas fuentes.

Los agentes procedieron a la detención del sujeto, José D.R. porla presunta comisión de un delito de amenazas, otro delito de violencia de género y otro por tenencia ilícita de armas y amenazas. En la vivienda le encontraron tres escopetas, que le fueron requisadas.

Este mediodía estaba fijado un juicio rápido por estos delitos en el Juzgado de Violencia de Género número 10. La mujer no tenía orden de alejamiento ni había denunciado a su agresor, a pesar de que declaró ante la Policía que le había maltratado anteriormente, «que no la podía volver a ver con otro hombre».