Donna Simpson. La gorda profesional le pone un zapato a su hija - Reuters

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Una mujer estadounidense que con 42 años pesa 272 kilos se ha propuesto superarse a sí misma y llegar a la media tonelada para convertirse en la mujer viva más gorda del mundo, informaron ayer medios locales.

Donna Simpson, madre de dos niños que vive en el estado de Nueva Jersey, se gana la vida mostrándose en una web para adultos en la que hace gala de sus nutridas carnes y con la que asegura ingresar entre 3.000 y 4.500 dólares (2.500-3.700 euros) al mes.

"Me siento muy cómoda con quien soy. Me gusta llevar bikinis y estar en público", afirma "la mamá de la media tonelada", como la ha bautizado la prensa estadounidense, en declaraciones a ONE News.

Esa cadena, una de las primeras en hacerse eco de la historia de esta mujer, incide en que, aunque Simpson tiene novio y dos hijos de 3 y 14 años, "no tiene ningún pudor en bailar medio desnuda ante extraños". La mujer, que estos días se promociona en varias entrevistas con la excusa de tratar de superar la media tonelada de peso y ganar el título de la mujer más gorda del mundo, afirma que sus admiradores "adoran que la barriga caiga más abajo de las rodillas" y "les vuelve locos mi celulitis".

Previo pago, en la web donde trabaja se puede ver a esta mujer -que también está tratando de que se la reconozca por Guinness como la mujer más gorda del mundo que ha dado a luz- en vídeos comiendo, paseando o exhibiéndose en ropa interior.

Simpson, que tiene diabetes, asegura además que con su reto y sus apariciones públicas quiere dar ánimos a las mujeres gordas que sufren por ello y rechaza las críticas de quienes la acusan de poner su vida en peligro.

"Tengo muy buena salud. Voy al médico cada tres meses", afirma esta mujer, que sin embargo no cuenta con el apoyo de sus hijos, a los que no parece gustarles la idea de tener una madre que no puede andar varios metros seguidos y que necesita atenciones especiales para todo lo que hace.