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El sacerdote pasionista Antonio Rodríguez López-Tercero, conocido como el padre Toño, natural de Daimiel (Ciudad Real), que ha regresado este domingo a España desde El Salvador, ha asegurado que vuelve para «poder gozar la libertad que nunca debió perder».

El sacerdote se ha manifestado así, en declaraciones a Europa Press, poco después de aterrizar en el aeropuerto Adolfo Suárez (Madrid-Barajas), donde ha sido recibido por su familia y por unos amigos de la localidad manchega.

El padre Toño, tras permanecer 37 días encarcelado, ha sido condenado a una pena de 30 meses en El Salvador por colaborar con las 'maras', pandillas juveniles locales en cuya reinserción trabajaba, pasándoles objetos ilegales, concretamente, teléfonos móviles.

La resolución judicial ha permitido que el sacerdote pueda sustituir la pena de cárcel en el país centroamericano por la prestación de servicios sociales durante ese tiempo y que estos los pudiera realizar fuera de El Salvador, lo que le ha permitido regresar a España.

El padre Toño ha lamentado que se haya visto envuelto en esta situación y ha señalado que lo único que ha hecho en El Salvador desde que llegó hace 15 años --ahora cuenta con 37-- es trabajar por la reeducación y reintegración social de estos jóvenes, en un país donde solo en el pasado mes de agosto se produjeron 351 muertes violentas.

El cura daimieleño ha reconocido que tuvo que asumir el delito para que su abogado y la Fiscalía salvadoreña pudieran negociar una «alternativa» a su ingreso en prisión.

Dos años en España

Por ahora, su intención es descansar un tiempo, aunque los dos próximos años que está obligado a permanecer en España, según ha dicho, realizará cualquier tipo de labor social que pueda.

El juez, para el acuerdo, ha impuesto al padre Toño, según ha contado, una serie de condiciones, entre ellas, no tener trato con encarcelados ni contactar con personas que pudieran pertenecer a pandillas en España.

Asimismo, aunque tiene libertad de movimiento por todo el territorio español, el juez, deberá saber en cada momento dónde se encuentra.

El sacerdote ha agregado que la detención y la estancia en prisión también le ha afectado a su salud y que ahora tiene que estar sujeto a un tratamiento para responder a aspectos físicos y psiquiátricos.