En los últimos años cada vez más personas tienen gatos como mascotas | Freepik

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La convivencia con gatos, para quienes desarrollan síntomas alérgicos hacia ellos, presenta un desafío emocional y físico. Sin embargo, existen diversas estrategias y remedios para manejar esta situación, permitiendo a muchos alérgicos disfrutar de la compañía de estos animales sin tener que renunciar a ellos. La alergia a los felinos es provocada por la proteína Fel d 1, presente en la caspa, saliva y orina de estos animales.

Contrario a lo que muchos creen, no es el pelo del gato lo que provoca la alergia, sino una proteína presente en su caspa, saliva, y orina. Esta proteína, se dispersa en el ambiente cuando se lamen y su pelo se desprende. Los síntomas pueden incluir estornudos, picor en ojos y nariz, congestión nasal, y en casos más severos, asma. A pesar de la alergia, muchos eligen convivir con sus mascotas. Aquí algunas estrategias para reducir los síntomas:

1. Existen productos aplicables al pelaje del gato que pueden reducir la presencia de alérgenos. Su efectividad es notable, pudiendo incluso eliminar la alergia si no se padecen otras condiciones alérgicas adicionales.

2. La limpieza regular de alfombras, sofás, y camas con filtros HEPA puede ayudar a eliminar los alérgenos acumulados. Asimismo, bañar al gato con regularidad puede minimizar su liberación. El uso de este tipo de filtros de aire en el hogar puede capturar las partículas alergénicas, reduciendo su presencia en el ambiente.

3. Los antihistamínicos, descongestionantes e inmunoterapia son opciones de tratamiento médico que pueden aliviar los síntomas alérgicos. Estos tratamientos deben ser discutidos y prescritos por un profesional de la salud.

4. Es importante destacar que no existen "gatos hipoalergénicos" como tal. Aunque se han explorado estrategias para desarrollar razas con menores niveles de Fel d 1, hasta el momento no hay evidencia contundente de que algunas razas sean significativamente menos alergénicas que otras.

Con el tiempo, algunas personas desarrollan una tolerancia a los alérgenos de sus gatos, especialmente cuando la exposición es constante. Este fenómeno puede llevar a una disminución de los síntomas, aunque la adaptación puede variar significativamente de una persona a otra.

Vivir con gatos siendo alérgico presenta desafíos, pero también es posible adoptar medidas que permitan una convivencia armoniosa. La clave reside en la prevención, la limpieza, y, cuando sea necesario, el tratamiento médico. La decisión de mantener a un gato como mascota, incluso con alergias, destaca la profunda conexión y el amor que muchos sienten por estos compañeros felinos.