Pero vamos a ver. Si justo después del partido, dentro del autobús que llevaba a toda la expedición española hasta su hotel, el cachondeo de la tal Jeni y todas sus compañeras haciendo gracietas, bromas y cachondeo, revisando una y otra vez el video del famoso beso, era una fiesta general de risas y vociferio, gritando ¡¡BESO, BESO, BESO!! Ella misma, instantes antes del beso, había levantado a peso al tal Rubiales cogiéndole por los glúteos y abrazándose a él como una lapa. Y ahora, por la insoportable presión política y mediática de la apisonadora feminista giliprogre, resulta que va y pone una denuncia por ¿¿AGRESIÓN SEXUAL?? ¿¿¿EN SERIO??? Este pobre país ha perdido la brújula hace tiempo y no creo que la volvamos a recuperar. El daño causado a la sociedad estos últimos años con todo este brutal sectarismo progre y extremista, es de tal magnitud, que ya no podremos ser un país normal nunca más.
EnllocAmen