El sinvivir de la vivienda: escasa y muy cara

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Esta semana hemos publicado varias informaciones  sobre uno de los temas que más preocupan a los menorquines y a los españoles, la escasez de vivienda y sus precios disparados. En Ciutadella, con el coste más elevado, el precio de un piso se ha duplicado en diez años, hasta los 3.084 euros el metro cuadrado.  Un piso de 90 metros cuesta 277.551 euros, según datos oficiales del Gobierno a partir de las operaciones realizadas. El mercado no se regula con la oferta y la demanda, porque la oferta es escasísima, no hay nuevas promociones de pisos, especialmente en Ponent, y las promociones públicas de vivienda social, que se siguen programando, no sirven, ni de lejos para aliviar un problema grave y acuciante.

También se han dado a conocer los datos de las viviendas que en todo 2024 se han acogido al Decreto Ley 6/2023 de 2 de octubre de medidas urgentes para dar respuesta a la escasez de pisos. Los datos de Menorca son muy pobres. Está previsto que se pongan en el mercado 11 viviendas reconvirtiendo locales comerciales sin uso y otras dos viviendas de grandes dimensiones que se dividirán. En total, en todo un año, las medidas de emergencia que diseñó la ex consellera Marta Vidal han permitido crear 13 viviendas privadas. A estas se puede añadir las 14 de promoción pública por parte del Ayuntamiento de Alaior por el cambio de uso de unos terrenos. En las otras islas, el resultado del decreto es más amplio.

¿Por qué en Menorca no ha funcionado? Principalmente porque los ayuntamiento de Maó y Ciutadella no se han acogido. Lo descartaron ya en noviembre de 2023. Los partidos de izquierda de Ciutadella se opusieron porque el decreto «usurpaba» competencias municipales. Maó no lo descartaba de entrada, quería hacer estudios sobre los locales comerciales que podían convertirse en pisos, pero no se conoce si este trabajo se ha desarrollado. Maó ha destacado en el desarrollo de promociones de vivienda social del Ibavi en los últimos años y esta apuesta podría tener continuidad. Las medidas estrella del decreto son: la conversión de locales comerciales en vivienda, la división de viviendas de grandes superficies, el cambio de uso en zonas de equipamientos y el incremento de alturas en zonas donde sea posible.

El Govern pretendía hacerse propaganda con los datos de viviendas programadas, con 220 en Menorca, que se refiere a promociones previstas del Ibavi, incluyendo los 13 privados y 14 de Alaior. Es Diari había explicado ampliamente todos los proyectos del Ibavi, por lo que la noticia de esta semana es que en un año solo se han tramitado 13 nuevos pisos de promoción privada con las nuevas normas de emergencia.

También se ha abierto esta semana otro debate, a raíz de una propuesta del PP para que en la adjudicación de un piso del Ibavi se de prioridad a los residentes que llevan más de 10 años empadronados. Es Diari ha explicado que los criterios de puntuación del Ibavi ya lo contemplan, puesto que el empadronamiento es lo que da más puntos. Además, los Ayuntamientos pueden establecer un convenio con criterios propios. Es Migjorn, por ejemplo, hizo dos listas de aspirantes a un piso social, segregando a los residentes de más de ocho años del resto. La mayoría de izquierdas del pleno de Ciutadella, se opuso el jueves a la propuesta del PP. En cambio, en Sant Lluís, la alcaldesa Loles Tronch, se ha mostrado disgustada porque las últimas cuatro viviendas sociales entregadas no han ido a manos de residentes sino a personas «de fuera».

El eterno debate político sobre la vivienda está repleto de zonas pantanosas y de cuestiones polémicas, que pueden tener algún efecto sobre la eficacia de las medidas. Todo ello tiene relación con las causas del problema, más que con las medidas a aplicar. Por ejemplo, la compra de vivienda por parte de extranjeros limita el acceso a los residentes. La avalancha de compradores extranjeros, especialmente franceses, ha sido intensa en los últimos años. Algunos dicen que son compradores de inmuebles de alto valor y que no afectan tanto al mercado de vivienda habitual. Otro piensan que sí tiene incidencia en la reducción de la oferta y en su encarecimiento. El alquiler turístico restringe la oferta. Hay contratos de alquiler que se reducen a la temporada de invierno. Mientras el Consell incrementa las inspecciones, la oferta sigue siendo abrumadora. También se abre ahora el debate sobre como el incremento de población, especialmente de inmigrantes, afecta a la disponibilidad de vivienda para los residentes. Esta última cuestión, como saben, es un terreno lleno de minas.

Hasta el sábado que viene. Que tengan una buena semana.