La Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación para dar con los dos asaltantes. | Alejandro Sepúlveda

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Dos falsos empleados de una empresa que supuestamente instala alarmas secuestraron este viernes por la mañana a un anciano de 83 años en Inca, le agredieron y le sustrajeron 2.500 euros. La pareja, que llevaba uniforme de trabajo, huyó y dejó amordazada a la víctima en su casa, que finalmente pudo pedir ayuda. La Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación y está buscando a los implicados.

Según ha podido saber Ultima Hora, los hechos ocurrieron en la calle Sant Bartomeu de Inca, por la mañana, cuando dos supuestos operarios -de origen sudamericano- se acercaron a una casa que al parecer tenían previamente vigilada.

Los varones se dirigieron al señor, que estaba saliendo de la vivienda, ofreciéndole sus servicios. Sin embargo, se trataba de una trampa y los dos desconocidos, con gran violencia, obligaron al octogenario a entrar en la vivienda y le golpearon para que no ofreciera resistencia.

A continuación lo amordazaron, para que no pudiera pedir ayuda, y comenzaron a registrar la casa, en busca de dinero en efectivo y joyas u objetos de valor. Según las fuentes consultadas, escaparon con 2.500 euros en efectivo y se alejaron rápidamente de aquella calle. Los investigadores creen que tenían aparcado un vehículo en las inmediaciones.

El anciano quedó amordazado y herido, pero pudo pedir ayuda y sobre las 11.00 horas varias patrullas de la Benemérita se dirigieron a la vivienda, para auxiliarlo. El hombre, que estaba muy nervioso por la experiencia traumática que había vivido, fue atendido de los golpes y contusiones que presentaban, aunque en principio no revestían excesiva gravedad.

Los agentes pasaron las características físicas de los sospechosos por la emisora, para que estuvieran atentos si se cruzaban con ellos por la ciudad. También fueron alertadas las unidades de tráfico, para controlar las entradas y salidas de Inca.

Los investigadores, con todo, sospechaban que la pareja, tras huir en busca de su vehículo, se había separado para no llamar la atención. Los delincuentes hablaban en castellano y eran de origen sudamericano. No está claro si los uniformes que vestían los habían robado a una empresa legal especializada en la instalación de alarmas en domicilios o se los habían diseñado ex profeso para asaltar al anciano.

Todo indica que durante algunos días lo sometieron a una discreta vigilancia para conocer sus movimientos y saber cuándo estaba solo en la casa de la calle Sant Bartomeu. Aunque de momento no se han practicado detenciones se siguen algunas pistas para dar con los atracadores. Los agentes están revisando algunas cámaras de tráfico y de negocios de la zona, para intentar conseguir una imagen de los dos ladrones. Por su forma de actuar, todo apunta a que se trata de delincuentes con amplia experiencia.